Fotógrafo estadounidense denunció secuestro

Córdoba, Ver. 09 de Feb. (SPI).- El fotógrafo estadounidense, John Sevigny, denunció haber sido víctima de un secuestro en enero en la ciudad de Córdoba.

A través del portal Medium.com, su secuestro ocurrió el pasado 8 de enero alrededor del mediodía, cuando fue sacado por la fuerza de la casa de uno de sus amigos (sin dar la ubicación) y permaneció en cautiverio por casi 20 días.

El secuestro fue un caso de identidad errónea, le dijeron más tarde, pero mientras, dice; “Pero primero me acusaron de matar a alguien llamado Carlos. Justo cuando conociste a Carlos? ¿Y es que cuándo decidiste matar a Carlos? Él tenía una familia, ya sabes. ¿Quién diablos es Carlos? De hecho, a la mierda Carlos. Esa pregunta me ganó la culata del rifle a las costillas”, subraya.

“Me acusaron de financiar la venta de drogas en Córdoba a pesar de que no había drogas ni dinero en la casa de mi amigo, y además de secuestrarnos, los malditos lo robaron todo. Tenía once dólares en mi cuenta bancaria y acababa de comprar dos libras de mandarinas, que serían nuestros alimentos básicos empobrecidos durante unos días”, agrega.

Recuerda que miraba su  teléfono, leyendo lo que fluía en Twitter, cuando de repente levantó la vista y vio a más de una docena de hombres armados que miraban y actuaban sospechosamente como policías entrando por las puertas delanteras y traseras.

“Alguien me golpeó en la cabeza con una pistola, alguien más disparó una bala al techo. Lo siguiente que pensó fue que cuatro matones me llevaron a un sedán que me esperaba afuera. Eran las 11 de la mañana. La pelea había durado tal vez 20 segundos. Joder, el gringo es fuerte dijo el chico al que los había golpeado  mientras el auto chillaba lejos de la casa y los vecinos que respiraban por la boca no nos ofrecieron ninguna ayuda”, señala.

“Durante 38 horas, fui uno de ellos. En un sentido más general, los dos estuvimos muy cerca de compartir el mismo destino que las 200,000 personas que han sido asesinadas desde el ex presidente Felipe Calderón, en un acto de idiotez borracha típica de sus seis años en el cargo, se convirtió en el ejército. sueltos en los carteles de mexico”, agrega.

Durante casi dos días, su amigo fue violado en grupo varias veces, mientras a él lo golpearon y  torturaron de muchas maneras, imaginativas y bien practicadas.

“No dormimos ni comimos. No se nos permitió pararnos, caminar o hacer preguntas. Y más tarde, cuando nos liberaron, no hubo disculpas por parte de los hombres que habían mantenido nuestras vidas”, agrega.

Al final, como estadounidense, pudo salir del país con la ayuda de la Embajada de los Estados Unidos en la Ciudad de México y, más directamente, de su familia.

Su amigo, dice, está oculto lejos de Veracruz, pues no tiene visa y no puede llegar a los Estados Unidos, particularmente en la era de Trump.