La desconfianza en Elio
20 marzo, 2020Los Políticos
La desconfianza en Elio
Salvador Muñoz
El viaje que hizo Dorheny y Ailett García Cayetano, a simple vista, puede parecer para muchos, una travesía de placer en Canadá, pero no… y más cuando esta historia no inicia allá, en Whistler Blackcomb, sino en Xalapa, en un bar durante un partido de futbol americano entre los vaqueros de Dallas y los Búfalos.
Quizás algunos recuerden aquella nota de Elio Hernández Gutiérrez, secretario de Infraestructura y Obra Pública del Gobierno de Veracruz, cuando un jueves 28 de noviembre se le “denunció” ante la opinión pública por aparecerse, en dia y horario laborales, a la hora de la comida en un bar, lo cual no fue lo extraordinario, sino el hecho de que la comida se prolongó por varias horas aderezadas con bebidas… en grata compañía.
En la SIOP, después de ese juego, y tras el fin de semana, el secretario no llegó a laborar como habitualmente lo hacía, y muchos pensaron que quizás se debió al estrés de la comparecencia que una semana antes, había realizado ante el Congreso… cuando por fin reapareció, notaron el cambio… traía escolta…
No, no piense que fue por la inseguridad, bueno… sí, sí fue por la inseguridad que él mismo provocó después de que saliera su foto en ese bar… en grata compañía. Para todos en la SIOP les quedaba en claro que su esposa, Ailett, la jurídica de la secretaría de Seguridad Pública, le había puesto un escolta que cuidara, literalmente, los pasos de Elio.
Quizás usted diga: ¡Espera, espera, espera! Esto es un asunto de índole Chapoy, TVnovelas o Laura de América con “¡Que pase el desgraciado!” y puede que tenga razón… pero también explico la razón de esto: si no se puede estar en paz en la casa, ¿cómo se puede estar en paz en el trabajo?
Si hay un área muy delicada donde se tiene en la mira a la SIOP, es Obras Públicas, donde hay más de 30 procesos, muchos de ellos, donde la responsabilidad recae directamente en el titular de esta secretaría…
¿De qué se habla? de designaciones directas por “instrucciones del Gobernador”, viejo truco que se usó en Sefiplan en tiempos de Duarte, donde ningún empleado contravenía esa oración para armar los “bisnes” de subsecretarios o directores. Es decir, Elio Hernández “espantó con el petate del muerto” a José Luis Lee Requena, subsecretario de Obras Públicas, hasta que a principios de este año, cansado de tanta marrullería, aventó el arpa dejando con sus transas al secretario de la SIOP, así como un espantoso subejercicio aproximado de 420 millones de pesos. Sume a ello la entrega y ampliación de presupuesto a varias empresas, por órdenes del secretario, donde se triplicó a veces, el costo de las obras y en otros casos, sin que haya avance de obra.
Quien intenta enderezar los entuertos de Elio Hernández es Enrique Trujeque, quien quedó en lugar de Lee Requena, pero sabe el amigo de Ricardo Exsome (Presidente de la Comisión de Infraestructura) que su trabajo no es solapar más cuando tiene un prestigio bien ganado como director de Obras Públicas en Veracruz, Boca del Río y Alvarado…
Y por si esto fuera poco, habría que ver qué tan lejos llegan las acusaciones de moches del 10 al 15 por ciento con que “se trabaja” en esta secretaría que triangula en Palacio con el secretario de Gobierno y en Sefiplan, con otro poderoso funcionario…
Así, platicado a grosso modo, uno entonces puede entender que para Ailett debe ser complicado saber de un funcionario que traiciona los principios de la Cuarta Transformación que al menos ella y su hermana, arraigan con fe: No mentir, no robar, no traicionar.
Apenas a principios de marzo, a Elio Hernández le cambiaron escolta… en la secretaría de Seguridad Pública se especuló que intentó sobornar al anterior, quizás en aras de irse a echar otro “tochito”… en grata compañía.
¿En qué creen que acabe esta historia? Me refiero en este caso, a la política, a la carrera política de Elio, donde poco a poco pierde la confianza del Gobernador, de una diputada federal, y de una directora jurídica.
Ahora entiende que realmente pudo haber sido más una forma de escape ese viaje a Canadá, más que de placer… y quizás le sirvió a Ailett para tomar una decisión, como persona, ya no como jurídica… en una de ésas, en breve, a lo mejor ya no requiera escolta Elio Hernández, porque ya no habrá necesidad de “cuidarlo”.
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