Israel convierte agua del grifo en antivirial
26 mayo, 2020Tel Aviv, 26 de May (SPI).- La tecnología desarrollada por químicos de la Universidad de Bar Ilan en Ramat Gan, Israel, convierte el agua en un desinfectante. Fue patentada el año pasado y su poder antimicrobiano ha sido testado en hospitales en Israel en los últimos meses.
“Hemos cambiado la composición del agua para lograr este resultado”, indicó el doctor Doron Auerbach, un reputado electroquímico y líder del equipo de Nanotecnología y Química de Materiales Avanzados del centro universitario.
“Lo interesante de nuestro hallazgo es que son necesarias pequeñas concentraciones de la solución para ser efectiva”, agregó.
Auerbach expuso que modificar la composición del agua es algo sencillo y que se practica a diario y en todos lados con diferentes propósitos: “Añadirle sal ya lo modifica, y con eso en mente hemos querido hacer una solución que resulte mucho más barata que cualquier otra precisamente porque la base es el agua”, agregó.
La solución desarrollada es también eficaz contra virus del tipo corona, según se ha demostrado en pruebas de laboratorio de la profesora Ronit Sarid, de la facultad de ciencias de la misma universidad.
En su laboratorio probaron eliminar virus de herpes simplex tipo 1 y coronavirus humano OC43 con éxito. Los investigadores están confiados porque las características del OC43 son similares a las del SARS-CoV-2, y aseguran que este desinfectante también podrá eliminarlo.
El nuevo método incluye mezclar agua con electrodos en forma de nanómetros que tienen propiedades de superficie únicas. La combinación de estos compuestos crea una solución efectiva antibacteriana, contra virus y contra esporas.
Al contrario que otros desinfectantes, como la lejía, esta solución con base de agua es segura para la piel y no contamina las aguas subterráneas, según indican los investigadores.
“Su capacidad antiséptica es 100 veces más efectiva que la lejía y, por lo tanto, pequeñas concentraciones de 50 y 200 miligramos del material activo por litro son suficientes para desinfectar. La lejía, en cambio, necesita una cantidad de entre 5,000 y 20,000 milígramos por litro para ser efectiva”, indicó Auerbach.
El objetivo de los investigadores es que la solución sirva para diferentes propósitos de desinfección y adopte distintas formas, como aerosol aplicado a superficies, en líquido para sumergir manos, zapatos o aparatos, en forma de toallitas desinfectantes, como purificador de aire…
“La capacidad de producir electrodos en diferentes formas y texturas hace que esta tecnología se pueda aplicar a diferentes usos, como en cápsulas dentro de aires acondicionados, en recipientes para limpiar productos, para eliminar pesticidas de verduras y frutas, incluso con forma de máscaras y guantes”, según Auerbach.