Crisis económica en América Latina
26 julio, 2021Xalapa, Ver., 26 de Jul (SPI).- El crecimiento económico de América Latina y el Caribe en 2021 no será sostenible, ni suficiente para revertir los impactos sociales de la crisis y los problemas estructurales de la región, los cuales se han agudizado y se prolongarán durante la recuperación.
Lo anterior, según el informe La Paradoja de la Recuperación en América Latina y el Caribe, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Naciones Unidas, donde se estimó un crecimiento económico para la cita región de 5.2 por ciento para este año, mientras que para México será de 5.8 por ciento y para 2022 lo ubicó en 3.2 por ciento.
El organismo sugirió a los países miembros de la Cepal, incluido México, que motivar la recuperación económica en la región es necesario la aplicación de políticas que incentiven la inversión, políticas industriales y tecnológicas (para impulsar sectores intensivos en tecnología y generadores de empleos de calidad).
También redefinir los sistemas de salud y educación, aplicar un ingreso básico de emergencia, implementar bonos contra el hambre, asegurar el acceso a una canasta básica digital, fortalecer el apoyo a las Mipymes y, avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo mediante el impulso de políticas trasversales y sectoriales.
El organismo estimó un crecimiento económico para la región de 2.9% en 2022, lo que implicaría una desaceleración respecto al rebote de 2021.
El informe advirtió que América Latina es la región con la mayor relación deuda externa/PIB (56.3 por ciento) y con el mayor servicio de la deuda externa en términos de exportaciones de bienes y servicios (59 por ciento).
Lo anterior se traduce en que esos niveles de endeudamiento reducirán el espacio fiscal y pondrán en riesgo la recuperación y el crecimiento futuro.
Por lo anterior sugirió una nueva “arquitectura financiera internacional” para lograr el desarrollo de la región.
En cuanto al espacio fiscal, la CEPAL indicó que éste se debe aumentar vía aumento de los ingresos tributarios y reducción de los gastos innecesarios, aunado a consolidar el impuesto sobre la renta, así como ampliar el alcance de los impuestos a la propiedad y al patrimonio (riqueza),
Asimismo, aconsejó a las naciones a revisar y actualizar de forma progresiva las regalías a la explotación de recursos no renovables, y a considerar impuestos a la economía digital, ambientales y a la salud pública.